Día y noche en Salamanca
Salamanca se distingue porque lo tiene todo dos veces: dos catedrales, dos universidades y dos mundos muy diferentes. Además del típico ambiente urbano que caracteriza al turismo, la capital charra también tiene un ambiente estudiantil. Esto hace que sus magníficos monumentos estén aderezados con tunas, una vida nocturna imparable y una especie de “abierto las 24 horas”.
Lo primero que ve el visitante que llega a Salamanca es el río y, al fondo, la espectacular estirpe de los Catedral, quien promueve y gobierna en la ciudad. Es recomendable disfrutar de estas vistas desde el otro lado del río (a ser posible desde el puente romano) y dar un paseo antes de adentrarse en las calles de la ciudad que han conservado el sabor y el encanto de ayer.
En sus calles predominan los estilos gótico y barroco, que no se pueden pasar por alto. El plateresco adorna la piedra amarilla de la misma Mayorstowncuna de cantería y lentejas que son exquisitas, aunque no muy refinadas.
Las catedrales son lo primero que ves. el es antigua catedralcoronado por Torre del gallode estilo románico y cuyo Altar Mayor fue pintado en 1445 por orden del obispo Gonzalo Viveri, experiencia que culminó con la visita al Altar Mayor contiguo. Catedral nueva. La versión renovada es una colección gótica, plateresca y neoclásica.
Salamanca es ideal para los amantes de la arquitectura. Pero es más que eso. Muy cerca de las catedrales, en el patio pequeño, se alza la Casa Lis. Construido a principios del siglo XX, destaca por sus vidrieras o los lucernarios de la escalera central. Animado y colorido, el casa lios Dentro de la colección Art Nouveau y Art Déco con Manuel Ramos Andrade, a quien le interesa especialmente. Aquellos que tienen miedo a las muñecas de porcelana, lo mejor es estar contento con el exterior.
Ahora deambulando de nuevo, Red Mayor es la mejor opción. En el número 36 hay una pastelería siempre verde, la Croissanteria Paris, que te vende cualquier tipo de croissant, napolitano o similar, siempre calientes y rellenos a gusto del consumidor.
Desde allí llegamos rápidamente a la calle Compañía, con el casa de concha (actualmente convertida en biblioteca), cuya construcción se inició en el siglo XV y finalizó en el siglo XVIII con una ampliación. Los motivos del rostro, conchas y flores de Lirio, se deben a los brazos de Rodrigo Arias de Maldonado y María de Pimentel. Fue a raíz de su vínculo matrimonial que se empezó a construir la casa.
Frente a él se alza otro de los majestuosos edificios de la ciudad, el Clero, el ejemplo más claro de un barroco en España. Hoy es la iglesia de la Universidad Pontificia de Salamanca, el centro estudiantil por excelencia de la ciudad, cuna del saber y también de la belleza.
Partiendo un poco, por la calle Libreros nos encontramos con la famosa portada plateresca Universidad. Y no es famosa por su estilo, sino porque es la famosa rana, que entre calaveras, flores y todo tipo de adornos, clavada en la pared. La tradición estudiantil dice que si te pones a estudiar y encuentras la rana, tendrás suerte en tus exámenes.
En movimiento de nuevo para acercarse a la Plaza principal, que se levanta majestuosa al final de la Rúa Mayor, es un claro prototipo de plaza barroca y sigue siendo un lugar de encuentro. Merece la pena tomarse un respiro en alguna de las muchas terrazas (sobre todo durante el mes de octubre, temporada de novatadas estudiantiles) donde, a pesar del coste relativamente alto, el visitante podrá descubrir la verdadera esencia de la vida en la ciudad. tranquilamente.
A pesar de los numerosos bares de tapas en la propia plaza y en las calles de los alrededores donde disfrutar de las bondades del cerdo salmantino (costillas, jamón asado, brochetas a la mora, lomo...), lo mejor es estar en su expulsión con pinchos. Los lugareños hacen a los habitantes de la ciudad y salen del centro histórico hasta llegar a la calle Van Dycken sus inmediaciones se encuentran muchos de los mejores bares de tapas de la ciudad y restaurantes baratos (que no están mal).
Finalmente, en cuanto a la vida nocturna, hay muchas opciones. Para los más jóvenes, y para los que quieran disfrutar bebiendo y riendo por la calle, el plaza oeste es una cita obligatoria. Si quieres un ambiente más alternativo, donde poder tomar cerveza a bajo precio, la elección es clara: el Plaza de San Justo (La Plaza de San Costo es la más conocida por los estudiantes). Finalmente, el Gran Víaambientes más selectos y donde se puede bailar.
En definitiva, una pequeña ciudad que nunca duerme.